En la cosmovisión del autor, el amor en todas sus formas y la vida son una urdimbre indivisible. La anábasis es un proceso de ascenso, de salida mítica de su mundo interno después de recorrerlo como hiciera Orfeo. Desde la caída primera hasta la laguna serena de su epicentro, acaba saliendo al mundo después de haber amado, sin lira pero con todas sus luces y sus sombras.