Me llamo Eva Santos González. Como si de una premonición se tratara, nací en León, el día internacional del libro y mi vida ha estado siempre ligada a las letras, tanto en lo personal, como en lo profesional.
Soy diplomada en Biblioteconomía y Documentación y he trabajado en dos editoriales: la desaparecida EVEREST y en Comercial Grupo ANAYA, donde conocí el proceso técnico de creación y distribución de los libros.
Para no abandonar mi estrecha relación con ellos, trabajé también en una librería enfocada en la educación, lo cual también es otro de mis principales intereses, todo lo relacionado con la educación de las nuevas generaciones y la transmisión de valores y tradiciones, sin detrimento de las nuevas tecnologías.
Siguiendo en mi camino de papel y tinta, he trabajado como bibliotecaria en dos bibliotecas públicas municipales de mi provincia.
Desde hace casi 15 años, ejerzo plenamente mi pasión y mi profesión, trabajando en el Servicio de bibliobuses, perteneciente a la Diputación de León. A través ello, cada día compruebo la necesidad de la gente de las localidades que visitamos, de sostener entre sus manos un elemento que les brinda entretenimiento y felicidad, tanto a niños como adultos.
Es muy gratificante saber que el libro es un hilo conductor que permanece tras varios siglos de existencia entre la humanidad, para acercar posiciones, descubrir culturas, enseñar y educar o simplemente como contador de historias reales y ficticias, arrancando lágrimas y sonrisas a todo aquel que lo abre.
Yo misma soy testigo directo del poder sanador de las letras, ya que desde que tengo uso de razón he vivido aferrada a un papel, escribiendo todo aquello que me iba resonando en la cabeza y me pedía ser plasmado con urgencia, sobre todo en forma de poesía.
Y quizá para comprobar en primera persona lo que se siente formando parte directa de esta cadena de caracteres impresos, en el año 2001, publiqué un libro en colaboración, titulado: Barruelo, la vida en un poema. Es una compilación de poemas en una obra que recoge fuentes escritas para dar forma a la historia de un pequeño pueblo del norte de Palencia, al cual me siento emocionalmente muy unida, por ser el lugar del que proviene gran parte de mi familia. Algunos de esos poemas son de mi autoría y fueron previamente publicados en pequeñas publicaciones de la zona.
Tengo la sensación de vivir todas las circunstancias de mi vida como si fuera siguiendo la lectura de un libro maravilloso, protagonizado por mí.