Hola, me llamo Enrique Guillén Márquez y nací en Zaragoza, el 16 de mayo de 2008, actualmente tengo 15 años.

Desde que soy pequeño, escribo. Es algo que me gustaba hacer y enseñaba a la gente que tenía a mi alrededor y, la verdad, se solían quedar a cuadros por las frases de realidad que podía llegar a soltar. A día de hoy sigo escribiendo y con más frecuencia, es mi modo de expresar mis sentimientos. Pienso que cuando escribes una historia siempre hay algo de ti dentro de ella.

Actualmente, hago tercero de la ESO, ya que tuve una mala experiencia en segundo y no me dejó seguir hacia adelante. Juego a baloncesto en el equipo del colegio, en el que estoy muy a gusto con mis compañeros y entrenador. Me gusta estar con mis seres queridos y pasármelo bien.

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Nacida en Valladolid en 1974 donde vivió la primera veintena de su vida. Se traslada la provincia de Alicante donde monta un negocio y se establece durante más de una década. Su siguiente residencia será en Puerto Rico donde cursa estudios de novela corta en la universidad de Sagrado Corazón a la vez que lo compagina con deporte y fotografía (dos de tantas aficiones que practica). 

El profesor de escritura la invita a la radio y habla de sus inquietudes literarias, recalcando su interés por la novela erótica, de la que parten la mayoría de sus escritos.

Cuando regresa a España, se introduce en el mundo audiovisual para salir adelante, participando en series, películas cortometrajes y teatro, e incluso escribiendo el guión de la gala de clausura de cortometrajes que ella misma presenta.

Ha participado en varios concursos de escritura y cuenta con publicaciones varias en microrelatos.

Actualmente se dedica a escribir, pintar cuadros en técnica de acrílico (ha expuesto y vendido obras) y está volcada en el deporte que le aporta la lucidez necesaria para esa increíble creatividad que posee.

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Hola, soy Hermengaudio, Layo desde pequeño, como mi padre, y así abreviamos. Nací en 1959, en Orotava, Tenerife. Estudié psicología y soy terapeuta familiar en ONG y centro de salud pública. 

Llevo conmigo al niño, al adolescente, al adulto. Ellos salen a menudo y se asombran de lo que ven y sienten, se asustan, se conmueven, ríen, comparten, y de vez en cuando se ponen a escribir cosas, cosas sueltas, pequeños sketchs con palabras. 

Tengo cuadernos desperdigados llenos de poemas, pequeñas ideas inspiradoras esperando ser desarrolladas, y borrones, muchos borrones: pasiones inacabadas sobre un papel. 

Así escribo, a ratos y con puntos suspensivos... o suspendidos. Pero a veces se organiza el puzzle y envío algún relato breve a concursos locales. 

La escritura como un juego, un descubrimiento, como un viaje al amor, al espacio, al miedo, al paisaje.

Poemas, frases, cuentos. Quizá mi propia vida es un cuento entre la realidad y la ilusión. 

Un cuento siempre inacabado.

Layo Abreu

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Mara Sánchez Ocharan (Vitoria-Gasteiz, 1997). Graduada en Psicología, compagina sus estudios y su labor en el ámbito socioeducativo con la redacción de poemas y relatos cortos, inspirados por su afición a la lectura de poesía contemporánea.

Tras varios años participando en diferentes eventos y concursos literarios a nivel local y nacional, publicó su poemario Para gustos, los dolores (Cordel D´ Prata, 2023), que quedó finalista en la entrega de premios de la Categoría “Elección del Lector” celebrada por la editorial.

Ahora, tras el éxito alcanzado con su anterior libro y continuando con su estilo de redacción poético, participa en el proyecto de antología romántica organizado por la Editorial Diversidad Literaria.

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Hortensia Sánchez-Bretaño Soler, madrileña de nacimiento, asturiana de adopción y muy vinculada al mediterráneo. Madre de Hortensia y Julia. 

El mundo literario ha sido todo un descubrimiento para mí. Y aun pillándome por sorpresa, es una de mis más agradables experiencias.

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Soy Bittor Duce Zubillaga y nací el 5 de agosto de 1971 en Algorta (Vizcaya).

De joven siempre fui, o eso creía, más de ciencias que de letras. Hasta empezar la universidad leí muy poco. Curiosamente, el primer libro que recuerdo que me encantó fue uno que nos hicieron leer en el instituto: Las cenizas del esplendor, de Antonio Menchaca Careaga. Recuerdo que a todos mis amigos les resultó soporífero. Ellos estaban enganchados a El hobbit. Fue gracias a ese libro que pensé que quizás sí que me gustaba leer, pero no lo que mis amigos leían. 

Tras el instituto, cursé Ingeniería Industrial. Fue horrible: muy duro para mí. En todos esos años prácticamente no leí nada, únicamente estudiaba y estudiaba. Posteriormente, trabajé como ingeniero durante cinco años y eso fue mucho más duro que la universidad. Estaba totalmente fuera de lugar allí.

Dejé el trabajo, sin tener nada atado, y me apunté a las listas de educación pública. Fue una de las mejores decisiones de mi vida. Saqué la plaza de profesor de matemáticas para enseñanza secundaria y mi vida dio un giro total. Empecé a leer (mucho) y me apasionaba y apasiona mi trabajo. El trato directo con mis alumnos, quiero decir.

Respecto a la poesía, el primer poeta que me enganchó fue Antonio Machado. Luego vinieron muchos más. Avancé bastante con el inglés y estuve varios años leyendo exclusivamente poesía en esa lengua. Conocí a muchos poetas: Yeats, Robert Frost, Willian Carlos Willians, Elizabeth Bishop, Mary Oliver, Marianne Moore, Denise Levertov, Sylvia Plath...

Soy miembro de "The Daily Haiku", un grupo de Facebook que fue creado por una londinense (Amanda White) durante la pandemia y prácticamente todos los días escribo un haiku. 

Por supuesto, no tengo nada editado. Tengo una colección de poemas, en mi opinión "decentes" y, sobre todo, mucha pasión por escribir.

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El nombre de este autor es tan sonoro como el titulo de su primera obra. Abraham y  Una verdad sin tapujos escupe al folio mediante letras, la inspiración que llega cuando llega. Es visceral, claro y romántico. Encuentra el arte en el cuerpo humano a través de sus sentimientos, siendo el momento, algo crucial para despertar la sed de escribir. Es moral cuando se le antoja y no tanto a veces.

Para descubrir aquello que esconde solo necesitas ver. Mirar no entra dentro de sus planes. Tiene treinta inviernos y a su pesar es la época del año que menos le gusta. Trata de llenarse de dudas mientras vive a las personas para aprenderlas. Nunca le pregunté por sus pasiones, pues me costaría entenderlo. Solo sé que cuando lo entrevisté, me dejó con ganas de saber más...

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María Alejandra Caffa nació en 1957, en la provincia de Buenos Aires, Argentina. Vive en Valencia desde 2004. Su recorrido  en la expresión creativa es extenso: danza, cerámica, pintura, teatro, artesanía y literatura.  Superado el ecuador de su vida, se gradúa en Psicología, cumple su sueño de África y edita su primer hijo literario: Celeste y sus laberintos. Ha participado en dos ocasiones (microrrelatos) con la Editorial Diversidad Literaria en proyectos colaborativos: Versos de la noche y Versos en el aire.  En la actualidad, se integra en el nuevo proyecto de la misma editorial: Bésame y baila conmigo.

Las cerillas

Vagaba mi alma dentro de mi cuerpo, una tarde de verano. El sol abrasaba y la soledad… iba conmigo. Luego de mucho caminar, me senté a escuchar el rumor del agua que emanaba de una fuente que no conocía. La nueva ciudad… el nuevo país… el flamante continente. Mi mano sostuvo a mi brazo y mi brazo a mi corazón.

A lo lejos… una pequeña caja de fósforos me guiñó un ojo. Respondí a la llamada de mi curiosidad y la levanté del suelo. Volví a sentarme.

Mi pequeño tesoro llevaba por un lado, dos sortijas entrelazadas, un corazón muy cursi de color rosa y unos labios representando, creo, un beso. En la cara contraria, una leyenda: «Julio y Nuria – 28 de abril de 1982» y dentro… Nada. El vacío.

¿Cuántos años llevaría la cajita dando vueltas por el mundo? ¿Quién se ha ocupado de mantenerla y conservarla? Después de todo, sólo era una caja de cartón.

Centrada en mis emociones… comencé a mirarla con atención. Me detuve en la primera cara. Un corazón y una sortija. Símbolos de una intención, representación de la necesidad del otro… de la eternidad… de lo seguro… del compromiso. También saltaron a mi pensamiento, la dependencia, lo indestructible, el conformismo, la mentira… la bella mentira de lo que no es. ¿Qué habrá sido de Julio y Nuria? ¿Quién habrá cogido el souvenir el día de la boda? ¿Cuál es el sentido de la caja de cerillas?

Continuará…