Un barco pesquero francés rescata a un super agente secreto herido de bala que despierta al cabo de varios días sin recordar su nombre, su identidad, nada... No, espera, perdona... Esto es de El caso Bourne, de Robert Ludlum.

Comienzo: un joven estudiante de ingeniería desarrolla una inteligencia artificial que instala en el Kinect de su Xbox 360 y la llama Jarvis en homenaje al mayordomo de un grupo de superhéroes de su cómic favorito.

Jarvis es atento y servicial, pone música, da la luz, calienta la comida, enciende la televisión..., pero lo que comienza como una relación amistosa y cordial pronto se convierte en una lucha desesperada por la supervivencia en un hogar controlado casi en su totalidad por la tecnología.

¿Quién será más astuto? ¿La máquina casi todopoderosa o el humano que la ha creado? Pues este libro no va de eso, este libro no es un libro.

En realidad sí que es un libro, pero a la vez no lo es exactamente.

A lo largo de estas páginas voy a compartir contigo (sí, contigo, que ahora mismo estás leyendo estas palabras sosteniendo este libro —que no lo es— en tus manos) una serie de vivencias reales (y personales) absurdas, tristes, divertidas, desagradables... con un toque de fantasía.

O tal vez sean una serie de vivencias inventadas absurdas, tristes, divertidas, desagradables... con un marco de realidad.

A ti y solo a ti te toca decidirlo.