Me llamo Sara Prieto, nací en Madrid el 31 de julio de 1991.

Estudié en la universidad Complutense de Madrid el grado de Lenguas Modernas y sus Literaturas con especialidad en francés e italiano.

Me gusta mucho el arte y la literatura, me apasiona viajar y conocer lugares nuevos. Lógicamente, también me gusta escribir aunque nunca me he animado a publicar nada, hasta ahora. 

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Ana Belén Rincón Espinosa (Mérida, 1985)

Madre, trabajadora y una enamorada de las palabras. Empecé a escribir como una forma de escape, de desahogo íntimo, y con el tiempo descubrí que la escritura se había convertido en un modo de conexión conmigo misma y con el mundo.

He participado en varios concursos literarios, y algunos de mis relatos breves han sido seleccionados y publicados en distintas antologías. Aunque lo que escribo no es autobiográfico, en cada historia dejo una parte de lo que me habita, de lo que observo y de lo que siento.

Para mí, escribir es respirar más despacio. Es comprender, sanar, dar forma a lo invisible. Cada texto es un paso en el viaje de las pequeñas cosas. Un viaje sin mapas donde lo que cuenta no es el destino, sino todo lo que descubrimos por el camino.

VIAJE SIN MAPAS

Todos viajamos, aunque no nos movamos del sitio. A veces basta con una carta, una noticia o una llamada para cambiarlo todo. Este relato es un trayecto emocional sin mapas, marcado por despedidas silenciosas, reencuentros inesperados y recuerdos que aún habitan lugares donde nunca estuvimos.

La última vez que no nos miramos se convirtió en el punto de partida. Lo que no se dice, pero pesa, nos acompaña en cada parada. Volver a verte… o volver a mí: a veces es lo mismo. Porque hay lugares que solo existen en la memoria, y ausencias que también enseñan.

“Todo lleva su tiempo, pero llega”. En este viaje interior, lo importante no es el destino, sino todo lo que descubrimos por el camino.

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HISTORIA DE UNA CARTA, MUCHOS BESOS Y UNA COQUILLA

Cuando yo era más joven, las cartas eran esos pegasos alados que simbolizaban la huida, la fuga, la vida.

Eran la representación platónica del amor y la belleza, escritas desde lugares idílicos.

Ese papel en el que todo encajaba, aun con los renglones torcidos.

Ambrosía y margaritas con pétalos siempre impares: me quiere, no me quiere…

Este relato, esta historia, no tiene nada que ver con todo eso.

Aquí no hay alas. Solo un puñado de plumas manchadas que alguien, aún, se empeña en llamar amor.

Me llamo Sofía García Calvo, tengo 24 años, soy de Ciudad Rodrigo (Salamanca) y he estudiado Comunicación Audiovisual y Periodismo en la Universidad Pontificia de Salamanca. Desde pequeña, los libros han sido mi mundo, lo único que pedía era tener más libros, y no importaba a dónde fuéramos yo llevaba varios libros conmigo. Gracias a ellos, creaba en mi cabeza historias con las que jugaba. Con el tiempo, comencé a volcarlas en el papel, lo que me llevó a decantarme por esta carrera.  

Para mí, la escritura significa libertad. Con ella se puede expresar todo lo que uno quiera, desde sentimientos, opiniones, reflexiones y mundos de fantasía donde la gente pueda perderse. Escribir es una forma de compartir conocimiento y creatividad con el mundo. Uno de los autores que admiro es Julio Verne, por su capacidad imaginativa y crear mundos increíbles e inolvidables.  

Aunque todavía estoy dando mis primeros pasos en el mundo de la escritura, ya he comenzado a abrirme camino. Tengo un perfil en la plataforma Libros.com bajo el nombre de Sofía.G.C, y he participado en dos antalogías de microrrelatos: Universo de Libros y Microdragrones. Poco a poco, continúa construyendo mi trayectoria literaria. 

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Soy Almudena Placer Rodríguez, nacida en Valladolid, con tres meses emigramos a Barcelona. Me dio el virus de la poliomilitis a los nueve meses. Mi vida ha sido un ir y venir de hospitales. Con veinte años, tengo una hija. 

Siempre me gustaron las artes. Hice cerámica, pintura, me formé como arteterapeuta y, hace unos cuatro años, que hago relatos, cuentos. 

Incansable aprendiz. Inquieta y  con alma nómada.

VIAJES DE VIDA. LOS RELATOS HABLAN

En los viajes, encontramos la sabiduría de nosotros mismos.

Vivimos otras gentes, otros personajes, otras sentidos

Mi vida está llena de viajes, algunos pasados, otros presentes.

Hay viajes que nos llevan a las profundidades, otros nos ayudan a seguir.

Agradezco a la vida que me permite viajar con todos los sentidos.

Le dedico estos relatos a mi hija Iris y mi nieto Joel, que con ellos hice grandes viajes.

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DONDE LA LUZ NO SE APAGA

Es un recorrido íntimo por los rincones del alma. A través de la prosa poética, esta obra abraza la vulnerabilidad, la fuerza de sanar, la memoria de los afectos y la belleza de lo esencial. Cada texto es una antorcha encendida en medio de la noche: palabras que acompañan, que nombran lo que no siempre se dice, que recuerdan que incluso en el silencio más hondo puede habitar la esperanza. Es una invitación a volver a uno mismo, a elegir la calma y a reconocer la luz que persiste dentro, incluso cuando todo parece oscurecer.

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