Todo lo que callamos son pequeños gritos de auxilio.

Este libro nació en una clase de instituto, en un taller literario cualquiera de tercero de la ESO… y terminó convirtiéndose en un espejo de heridas, amor y dolor.

Silencios que desgarran reúne microrrelatos y poemas que nacen del silencio, del miedo y de la necesidad de hablar cuando nadie escucha.

En estas páginas, Adelina escribe desde lo más hondo: desde lo que vivió, desde lo que no se puede olvidar. Habla del amor, de la pérdida, del cuerpo, del trauma, de los temas que pocos se atreven a mirar. Su lenguaje es simbólico, emocional y desgarrador, pero también busca acompañar a quien lee, recordándole que no está solo.

Este libro no termina con esperanza, sino con una herida que aún late. Una herida que, al mostrarse, empieza a sanar.

Porque escribir —y leer— también puede ser una forma de pedir auxilio.