En estos relatos la autora ha trabajado las descripciones, los sentidos, los ambientes… y todo ello para que cada emoción quede reflejada y pudieras oírla, verla, sentirla; que imaginaras el lugar, la época y las circunstancias de tal manera que pudieras visualizarlo como si estuvieras dentro de la historia.
Los sentimientos, la intriga, las emociones y todos los pecados capitales se dan cita para entretejer este entramado de relatos con el hilo conductor de la intriga y el suspense, que se mantiene hasta el final. En ellos, Maribel hace un retrato de la sociedad. En algunos, puedes sentir la belleza, la ternura, el amor, y en otros, sin embargo, el dolor de estar vivos. Unos te acarician el alma, otros te sacan una carcajada y otros, sin embargo, te golpean directamente, te sacuden y te hacen ver la cruda realidad, a la que muchos cierran los ojos.
Pero nuestra autora nos explica: “El abrir la mente de los demás es mi deber como escritora social.
Si alguno de estos relatos consigue emocionarte de tal forma que te pares a pensar y te replantees tus costumbres y enseñanzas, entonces mi objetivo está cumplido”.