Lucho Giménez

Nací en 1962 en Béziers (Francia). Llevo dentro de mí la sangre murciana, siempre es una tierra que me ha atraído, por eso mi libro está inspirado en lugares que existían o existen. Solo he cambiado algún nombre de pueblo. 

He pasado la mitad de mi vida entre Francia y España. A finales de los años ochenta, me vine a Oropesa del mar y después a Benicasim. Cuando llegó la crisis de 2004, nos mudamos mi mujer y yo al sur de Francia, al pueblo de Pernes les Fontaines (Vaucluse). 

Hace más de siete años, volví a vivir en mi lugar, donde está ahora mi corazón, y que para mí es un pueblo más que fantástico: Oropesa del mar. 

La escritura, como explico en el prefacio, me vino como una enfermedad. En esa época, solía escribir cuando estaba muy enfadado. Después, empecé Entre dos vidas, pues para apaciguarme y no estar siempre enfadado, tuve que hacer una terapia sobre mí mismo, sobre todo para quedarme al lado de mi querida esposa, Yvonne. Unos años pasaron y de golpe tuve ideas y ganas de terminar mi primera novela, Entre dos vidas, lo que hice. 

Ahora vivo aquí, feliz, en Oropesa del mar, rodeado de mi mujer, y también de su hijo, Marc, de su adorable esposa, Raquel, y de mis dos nietos, Amaya y Marquinhos, esperando que llegue la jubilación para dedicarme a fondo a las personas que más quiero y a la escritura.

Lucas se había construido a sí mismo después de tantas dificultades en la vida que tuvo que soportar. Tanta desgracia para un solo hombre era demasiada, pero no para él. A diferencia de muchos otros que habrían renunciado a esta vida, él era fuerte y valiente. 

Su vida profesional fue un éxito, pero debía su fortuna a otras actividades, de algunas de las cuales no se enorgullecía. Era realmente esa persona honesta como la gente lo conocía. 

Compartía el amor por dos mujeres: una, mujer madre que le aportaba serenidad y estabilidad; la otra, mujer cautivadora que le aportaba este grano de locura en su mundo secreto. 

En su encrucijada, ¿cuáles serán sus elecciones? ¿Tendrá que arrepentirse?