Puedo decir muchas cosas de mí: tengo la mente cerrada, mis propias ideas, no puedo cambiarlas, y por muchas explicaciones que me den... no me entran. Desconfío de todo el mundo a la vez que doy confianza, amiga de mis amigas, me considero inteligente a la vez que estúpida. Si me caigo, vuelvo a levantar. Corazón cerrado, cabeza abierta, fría de corazón, calor en sentimientos. Pienso que puedo dominar mis impulsos, pero mi cabeza me traiciona. Buen humor, a la vez variable. Necesito sentirme a gusto en cualquier momento y situación. Pienso que la gente es buena en todo momento; no creo en la falsedad, aunque conozco mucha gente falsa. Me siento culpable de cualquier situación, por muy lejana que me sea. Soy como soy, no puedo cambiar, me gusta como soy. Busco respuestas a todas mis preguntas, sé lo que es ser feliz sin tener nada y sé lo que es la tristeza teniéndolo todo.
No tengo maldad, desconozco el odio, la vanidad, el rencor, la envidia, etc. Doy lo mejor de mí si me necesitan, sin esperar nada a cambio. Puedo ser la mejor amiga, y en verdad muy mala enemiga, pero como no tengo enemigos, no me preocupa, pues aunque me busquen mi paciencia y sentido común me hacen tener mucho aguante. Un abrazo me hace sentir especial, no me gustan el materialismo ni la gente materialista, me duele cuando alguien no me dice lo que en verdad piensa de mí, y cuando me lo dicen, si es bueno..., me cuesta creer; si es malo, me hace sentir mejor porque veo más sinceridad en quien lo dice. Apenas cuesta ganar mi amistad, pero con un poco de charla puedo conocer cómo es cada cual. No sé cuánto valor tengo, pero los que me conocen de verdad dicen que mucho...